El sector está inmerso en un proceso de transición hacia un modelo con menores emisiones de gases con efecto invernadero, que a su vez busca una mayor autonomía y competitividad energética, y todo ello con un cliente exigente en términos de sostenibilidad, calidad y precio, y demandante de gran variedad de servicios energéticos, además de los tradicionales suministros (agua, luz, gas, etc.).
Esto coincide en el tiempo con la irrupción y consolidación de los avances tecnológicos, la transformación digital, el valor del dato, el desarrollo vertiginoso de la inteligencia artificial y las nuevas formas de trabajar más ágiles, así como con un entorno en transformación por cambios regulatorios, alteraciones del mapa energético mundial, penetración de las energías renovables y digitalización, y crecimiento de las redes; y una compleja coyuntura geopolítica que afecta al precio y al consumo energético.
Estas circunstancias plantean numerosos retos de gestión relacionados no solo con el esfuerzo defensivo del posicionamiento actual y con la diversificación, sino con la forma de medir, soportar y gestionar eficazmente los negocios (el desarrollo de la generación renovable y su almacenamiento, la optimización del trading energético, el uso eficiente de los recursos financieros, etc.) con un adecuado seguimiento y control de los diversos riesgos (entre ellos los derivados del cambio climático o los relativos a las rupturas de cadenas de suministro), y oportunidades asociados a estas actividades, así como de garantizar buenas prácticas de sostenibilidad ambiental, social y de gobierno y cumplimiento de las obligaciones empresariales, todo ello alineado con los estándares internacionales más exigentes.
Las corporaciones energéticas afrontan pues el desafío de su transformación digital (uso inteligente de los datos como palanca de generación de valor, sensorización, analítica avanzada, IA, etc.) que, junto con la coyuntura macroeconómica mundial, obliga a poner el foco en la mejora de la eficiencia, la gestión de la reputación y la capacidad de generar valor sostenible para sus clientes y accionistas.
Nuestra práctica
En Management Solutions ayudamos a maximizar el valor de cada compañía y acompañamos en sus retos diversificadores, optimizando su potencial y adecuando los impactos estructurales que conllevan en cada organización.
Para lograr alcanzar el éxito, ayudamos a rediseñar la cadena de valor, en términos de excelencia operacional e innovación tecnológica, junto con una adecuada gestión de la estructura de costes y los riesgos.
