La edición del Foro Económico Mundial (WEF) en Davos de este año ha llevado como lema Mastering the Fourth Industrial Revolution y tuvo como tema principal los desafíos que supone la transformación digital para la sociedad global en su conjunto. Durante tres días, jefes de Estado, empresarios, líderes de organizaciones mundiales, regionales y de la sociedad civil conversaron sobre las soluciones a los retos que imponen las nuevas tecnologías y una de las principales conclusiones ha sido clara: el mundo ha iniciado una revolución tecnológica (revolución digital) que va a alterar radicalmente nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos.

 


Las Operadoras de telecomunicaciones

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En su escala, alcance y complejidad, esta revolución está siendo diferente a todo lo experimentado por el ser humano hasta la actualidad. Tres son las razones que confirman que estamos siendo testigos de un verdadero cambio estructural:

  • La velocidad de los avances actuales no tiene precedente histórico. En comparación con las revoluciones industriales anteriores, la presente está evolucionando a ritmos exponenciales frente al desarrollo lineal de las primeras.
  • Su alcance está afectando a la práctica totalidad de las industrias y en todos los países.
  • La amplitud y profundidad de estos cambios están llevando a la transformación de los sistemas enteros de producción, de gestión y de gobierno de todos los actores (empresas, instituciones, etc.) que conforman el sistema económico mundial.

Las posibilidades de miles de millones de personas conectadas por dispositivos móviles, con una facilidad sin precedentes de acceso a la información y con enormes capacidades de almacenamiento y procesamiento de datos a costes muy reducidos son casi ilimitadas. Hoy en día estas posibilidades, impulsadas por el aumento exponencial en la potencia de cálculo, empiezan a tener su reflejo en nuestra vida diaria: desde coches o aviones no tripulados dirigidos por asistentes virtuales, a software que traduce, o algoritmos que deducen nuestros gustos e intereses culturales.

En el centro de esta revolución se encuentran las operadoras de telecomunicaciones. Ellas son en la actualidad los agentes encargados de facilitar la conectividad de todo un ecosistema (personas, empresas, máquinas, etc.) a la velocidad adecuada y con la calidad necesaria.
Sin embargo, a pesar de desempeñar este rol central en la transformación digital de la sociedad, las operadoras de telecomunicaciones no están logrando capturar de manera significativa el incremento de generación de valor derivado de la digitalización de la actividad económica y de los nuevos modelos de negocio que están surgiendo alrededor de ella.

Al mismo tiempo, han surgido unos “nuevos actores”, denominados proveedores de servicios over the top (OTTs) que han sido los primeros en ser capaces de identificar y entender las nuevas demandas de los consumidores y transformarlas en modelos de negocio exitosos.

Estos nuevos entrantes están teniendo un impacto significativo en los modelos de negocio de las operadoras:

  • Por un lado, han erosionado su principal fuente de ingresos: la transmisión de voz y datos. Nuevos actores como Skype, WhatsApp o Facebook han logrado redefinir estándares de comunicación entre personas a través de sus aplicaciones gratuitas, afectando de manera muy significativa a los ingresos del sector (p. ej. llamadas de larga distancia o SMS).
  • Por otro lado, están generado una demanda exponencial de ancho de banda. Actores como YouTube, Netflix o Spotify han digitalizado el consumo de audio y vídeo. A nivel empresarial, proveedores como Amazon, Microsoft, IBM o Google han generalizado la utilización de infraestructuras cloud a nivel global. Esta nueva realidad está exigiendo un gran esfuerzo inversor por parte de las operadoras de telecomunicaciones para poder atender al extraordinario incremento del tráfico de datos requerido por el nuevo ecosistema digital.
  • Finalmente, estos nuevos actores están transformado por completo la estructura de precios del mercado al comoditizar el valor de la conectividad, en favor de la monetización del conocimiento de las necesidades de sus clientes o usuarios a través de la explotación avanzada de los datos de que disponen.

El presente estudio pretende describir las principales oportunidades para las operadoras de telecomunicaciones en esta nueva era digital. Para ello, el documento se estructura en dos secciones, que responden a dos objetivos:

  • Describir las tendencias actuales de la industria.
  • Analizar los principales retos de las operadoras en el actual contexto de mercado.

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