La prestación de servicios de pago constituye el pilar fundamental sobre el cual se articula el intercambio de flujos monetarios dentro del sistema financiero. Esta actividad se encuentra inmersa en un proceso de transformación constante, impulsado por un entorno altamente competitivo. En dicho contexto, todos los participantes del ecosistema —entendido como el conjunto integrado por actores, infraestructuras, normas y tecnologías que facilitan la transferencia de valor económico entre usuarios finales, tanto en el ámbito de pagos minoristas como mayoristas, e incluyendo a bancos centrales, entidades financieras, proveedores de servicios no bancarios, operadores tecnológicos y usuarios— se ven, en mayor o menor medida, impactados por los cambios derivados de dicha transformación.
La historia del ecosistema de pagos es reflejo del progreso económico y social de la humanidad. Desde las formas más rudimentarias de trueque hasta los sistemas digitales automatizados, este ámbito ha acompañado el desarrollo de la civilización. En el siglo XXI, se ha convertido en una de las áreas más dinámicas dentro del ámbito financiero y tecnológico, catalizando nuevas formas de intercambio económico.
Diversos organismos internacionales, como el Banco de Pagos Internacionales (BIS), han resaltado en sus informes esta transformación, señalando tanto las oportunidades como los riesgos asociados. Según el BIS, el nuevo paradigma exige el desarrollo de una infraestructura de pagos eficiente, segura e interoperable, que contribuya a la estabilidad monetaria y a la inclusión financiera.
La pandemia de COVID-19 actuó como un acelerador de esta evolución, impulsando la adopción de métodos de pago sin contacto, el crecimiento del comercio electrónico y el uso intensivo de servicios financieros digitales. Esta aceleración ha marcado una transición desde un modelo centrado en la banca tradicional hacia un ecosistema más diverso, descentralizado y colaborativo, conformado por una red interconectada de instituciones, empresas tecnológicas, entes reguladores, proveedores de infraestructura y usuarios finales.
El ecosistema de pagos actual se caracteriza por la coexistencia de múltiples actores y tecnologías. Entre ellos se incluyen el uso de efectivo, los esquemas tradicionales de tarjetas (como Visa o Mastercard), los sistemas de transferencias bancarias, las billeteras digitales, los pagos móviles mediante códigos QR, así como un número creciente de soluciones innovadoras, tales como las plataformas de pago integradas en redes sociales o en marketplaces.
Esta diversidad de actores y tecnologías convierte al ecosistema de pagos en un entorno dinámico, atractivo y en constante expansión, cabiendo destacar cuatro ámbitos de evolución según datos del Fondo Monetario Internacional:
Figura 1. Evolución, por región, del volumen de transacciones y el valor por transacción desde 2019 a 2022
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Fuente: Financial Access Survey and IMF staff calculations.
El crecimiento exponencial del ecosistema de pagos plantea interrogantes fundamentales en torno a su seguridad, gobernanza, resiliencia y accesibilidad. Uno de los principales retos es mantener la confianza del usuario en un entorno donde los ciberataques, el robo de identidad y el fraude digital son cada vez más frecuentes, y donde las dependencias externas (como la energía eléctrica, la conectividad a internet, las redes de comunicaciones móviles, la infraestructura de centros de datos o los servicios de DNS y certificados digitales, por ejemplo) de un entorno completamente digital se convierten en críticas.
Asimismo, la irrupción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y la tecnología blockchain, ha dado lugar a modelos de pago disruptivos cuyo marco normativo aún se encuentra en proceso de desarrollo.
Entre las innovaciones más transformadoras destaca la aparición de las criptomonedas. Concebidas originalmente como alternativas descentralizadas al dinero fiduciario, criptodivisas como Bitcoin y Ethereum han evolucionado hasta convertirse en activos digitales. Aunque todavía no se utilizan de manera generalizada como medio de pago cotidiano, su impacto en la arquitectura financiera global ha sido significativo.
En respuesta a este fenómeno, numerosos bancos centrales están explorando el desarrollo de Monedas Digitales de Banco Central (CBDC, por sus siglas en inglés) como alternativa regulada a las criptomonedas privadas. El CBDC Tracker del Atlantic Council3 ofrece una visualización detallada y actualizada de los países que están investigando, desarrollando o implementando este tipo de monedas digitales. Según los datos más recientes, 134 países —que en conjunto representan el 98% del PIB mundial— han analizado la posibilidad de lanzar una CBDC, 3 han concluido el proceso con un lanzamiento efectivo (Bahamas, Jamaica y Nigeria) y 108 adicionales continúan avanzando en el proceso estando en distintos estadios de evolución). En mayo de 2020, esa cifra era de tan solo 35 países (véase figura 2).
Figura 2: Situación del grado de emisión de CBDCs en el mundo
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Fuente: CBCD tracker del Atlantic Council.
Por otro lado, la inclusión financiera continúa siendo un objetivo pendiente en muchas regiones del mundo. Las brechas digitales, económicas y culturales siguen excluyendo a millones de personas del sistema formal de pagos, lo cual limita su participación plena en la economía global.
Finalmente, la regulación y supervisión del ecosistema de pagos enfrenta el desafío de adaptarse a un ritmo de innovación sin precedentes, sin frenar su desarrollo. El equilibrio entre fomentar la competencia y proteger al consumidor se vuelve cada vez más complejo en un entorno donde los límites entre la tecnología y las finanzas son cada vez más difusos.
Dada la complejidad inherente del ecosistema de pagos, no resulta sencillo comprender la magnitud y naturaleza de los cambios que le afectan. Con el objetivo de contribuir a este entendimiento, el presente documento propone, desde un enfoque didáctico:
Introducción
Resumen ejecutivo
LLM: definición, contexto y regulación
Marco de validación de los LLM
Caso práctico: validación de un chatbot de políticas
Conclusiones
Glosario y bibliografía